El camaleón velado o
calyptratus es, con gran diferencia el más comúnmente utilizado como
mascota. El motivo es la facilidad del mantenimiento, debida a su gran
adaptabilidad y amplio rango de temperaturas y humedades que le son
apropiadas, pero también lo es que su facilidad de cría y lo prolíficas
que son las puestas, han provocado una saturación del mercado, con la
consiguiente bajada de precios, lo que lo hace a su vez más asequible a
cualquier bolsillo.
Sin embargo, no hay
que hacerse las ilusiones de que nuestra primera pareja nos vaya a
llenar la casa de simpáticas crías en un corto espacio de tiempo. Muchas
cosas pueden suceder desde que adquirimos nuestra pareja de recién
nacidos hasta que consigamos reproducirlos. Si hemos hecho los deberes y
nos hemos informado bien, no cometeremos muchas barrabasadas, pero el
accidente imprevisto siempre nos acechará, cuando no una enfermedad que
termine con alguno de nuestros ejemplares y, en muchas ocasiones, con la
ilusión del criador en ciernes. El primer manual a leer es, por tanto,
el cuento de la lechera.
Como regla número uno
deberemos olvidar el hecho de que las hembras bien alimentadas son
fértiles a partir de los cinco o seis meses y esperar a que además de
serlo, estén suficientemente grandes y fuertes como para llevar a buen
término la dura tares de poner huevos, que no suelen salir por las
caderas de una hembra joven. Es primordial esperar a que cumpla diez
meses antes de juntar la hembra con un macho, siendo más recomendable
esperar a que cumpla el año.
 Una
vez junta la pareja, debemos observar su comportamiento. Si la hembra se
muestra agresiva, es mejor separarles inmediatamente y esperar un par de
semanas antes de volverlo a intentar. Sólo si la hembra está receptiva
se producirá el acoplamiento, pudiendo repetirse varias veces a lo largo
del día en algunos casos.
 A
los pocos días, la hembra mostrará su nueva librea muy oscura con
lunares verde pálido y manchas amarillas que indica que está grávida, a la par
que estresada por la presencia del macho.
Ha llegado el momento de
volver a separarles. Entonces volverá progresivamente a su habitual
verde o pardo uniforme.
En torno al mes y
medio, tiempo variable en función de la alimentación y de la
temperatura, se producirá la puesta. Es habitual que la última semana se
noten los huevos al palpar su abdomen e incluso que se vean los
abultamientos a simple vista.
 Dispuesta
a poner los huevos la hembra bajará al recipiente que le habremos
preparado con sustrato apropiado y cavará su cueva. Por tanto, el
sustrato debe mantener el justo grado de humedad para que no se le
desmorone al cavar sin llegar a estar encharcado.
Para ello es muy
apropiada la turba rubia, que conseguiremos en cualquier tienda de
jardinería. En su defecto, hay quien utiliza fibra de coco y en casos
extremos utilizaremos sustrato universal para plantas o arena de río,
aunque ambas tienen sus inconvenientes. No
debemos molestar a la hembra durante este proceso hasta que salga de su
cueva y la tape, momento en el que nosotros expoliaremos el nido y
sacaremos SIN VOLTEAR los aproximadamente 40 huevos que encontraremos,
puede que sólo 20 o que superemos excepcionalmente los 80 y los
colocaremos en su correspondiente recipiente de incubación (más detalles
en el artículo sobre la incubadora que se enlaza a continuación)
Los
huevos necesitarán ser incubados a una temperatura determinada y con una
humedad controlada, por lo que nada más comprobar que la hembra ha sido
fecundada, deberemos construir o comprar una incubadora para reptiles.
La primera opción es tremendamente fácil y económica, siguiendo los
pasos detallados del siguiente tutorial para construir esta
INCUBADORA, donde,
además, se amplían datos sobre la puesta, manejo de los huevos,
temperaturas, y tiempos de incubación. También se pueden ver algunas
fotos ilustrativas sobre el sustrato de puesta al final del artículo
sobre TERRARIOS. También
te ofrezco la información que necesitas tras la eclosión de los huevos
para MANTENER A
LAS CRÍAS.
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Llegado este momento es imprescindible
que te pongas en contacto con la oficina de Comercio Exterior de tu zona
para registrarte como criador, mostrarles tus instalaciones y los
originales de las documentaciones de los padres. Si no tienes los
papeles de los padres en regla o no recuerdas dónde los guardaste, no se
te ocurra llamarles, pero tampoco pongas tus calyptratus a criar, pues
luego no sabrás qué hacer con las crías. Recuerda que el chamaeleo
calyptratus es una especie protegida y se considera delito
gravemente penado su tenencia ilícita. Por ello estás obligado a
entregar la correspondiente documentación junto con cada cría que
entregues a otra persona.
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